jueves, 2 de junio de 2016

Amiga de homosexuales ¿por qué los defendés?


De un tiempo acá se ha ido haciendo bastante agotador y ridículo incluso, tener que dar explicaciones de por qué me junto con homosexuales y más gravemente por qué apoyo su causa.

La verdad no hay explicación más sencilla que esta: son seres humanos con capacidades incluso, mayores que las del heterosexual promedio, con sueños como cualquier otrx, gente que merece respeto, trato igualitario, trabajos dignos donde su orientación sexual no sea motivo de despido, llamados de atención o menosprecio.

Que he requerido tiempo y empatía para comprenderlos, sí. Y bastante. La identificación con la comunidad LGTBI, no nace de la noche a la mañana. Ver y escuchar cómo gente heterosexual, cristiana y con privilegios de género los excluye, te hace pararte en seco y decir ¿qué carajos pasa? ¿solo por ser heterosexual y cisgénero no debo involucrarme en la lucha política que están desarrollando todxs ellxs? Hay que involucrarse. Y no por lástima ni sentido común errado, porque el sentido común engaña, por venir de lo socialmente dicho y enseñado. Hay que ir la raíz del hecho, explorarse incluso, una misma y reconocer, que si bien sos heterosexual, blanca, delgada, preparada, urbana, lo que sea, esas características no te hacen, ni mejor persona, ni te exoneran de reivindicaciones necesarias para todo sujetx social. Implica examinarse a sí misma, para ver en qué medida tu situación se parece o no a la suya. Partir de las diferencias para crear una empatía real. Porque ni el feminismo ni la comunidad LGTBI buscan ganar adeptxs con lástima o con patrañas. Eso lo vende la religión en el afán de ganar almas, para sitios imaginarios después del último aliento.

Tengo amigxs cercanxs a la comunidad. He oído sus historias. Partes quizá, lo que han tomado a bien contarme. Porque excavar en la gente es delicado. Pero con lo poco que me han confiado he tratado de comprender su visión de mundo. Los admiro, vaya que sí. Han arremetido contra familia, contexto e incluso con gente que ni se imaginaban. Con ataques anónimos por redes, acoso callejero, murmuraciones de un pueblo que, culturalmente deja mucho que desear. Solo por no encajar con los patrones socioculturales y de género.

También me he ganado enemistades por hacer activismo en las redes. No me detienen. Internet es la nueva plataforma política. Depende de cómo y de qué contenidos llenemos miles de páginas o nuestros mismos perfiles personales, para generar duda e incluso "incomodidad" en los cercanos y ajenos. El tema LGTBI no desmerita entrar como tema de debate en internet. Hay que apropiarse de internet para desmitificar, subvertir y exponer estos temas, que son parte de las luchas sociales actuales. El feminismo se une a la causa, porque considera indisoluble el género y la diversidad sexual. De hecho, parte de las luchas del feminismo actual (3era ola como se le llama) es reivindicar la comunidad LGTBI, compartiendo su derecho a la visibilización, y encontrándose en situaciones de subalternidad similares. Similares porque cada quien desde su experiencia, ha vivido, asimilado y defendido, desde sus posibilidades, su sexualidad convirtiéndola en una lucha política personal.

No es para menos entonces, que me resulten machistas u homofóbicos, los comentarios reprochándome mi cercanía, y de cierto modo predilección por personas de la diversidad sexual. Puede que nos una el sentimiento de lucha política, la insatisfacción por un sistema patriarcal, el lenguaje exclusivo e hiriente, la subestimación por nuestro género, o quizás, solo nos unimos porque somos seres bio-psico-sociales como cualquiera, que encuentra un alma confortable y decide quedarse ahí.

No se trata de apoyar tampoco por moda. Verá usted, que hay temporadas en redes, donde desfilan banderitas de la diversidad, o puños púrpuras, llamando a la unión, al respeto, pero que en esencia, no se han empatizado con la causa. Claro. En redes el rating cuenta. Pero hacer mal activismo por rating es estúpido e incluso cruel. Se necesita valor para asumir lo que somos públicamente porque desde luego, la opinión pública, hiere. Aún así no es justo callarse o negar lo que somos por guardar 'el qué dirán' callarse, es de cierto modo, estar de acuerdo con los opresores.

Por ello, repudio el mal activismo. La cuestión por moda. Nos volvemos tambores. Ruidosos y huecos. Hay que saber de dónde partír, recurrir a los orígenes, a los estudios previos, para incluso, saber en qué fallamos y cómo solventarlos. Ni el feminismo, ni el activismo ni la diversidad son moda ni cuestión de 'actitud' es el mismo fenómeno que ves en militantes de ciertas ideologías partidaristas, que reparten volantes (y atalayas, por qué no) pero no saben por qué luchan. No necesitamos posers, impostores. De esos está bastante lleno internet. Sí necesitamos gente más cuestionadora, y que no parta de las vísceras o moralismos añejos para tratar de sabotear la lucha. Hay quienes llamándose intelectuales, desprecian las luchas colectivas. Vamos, humanoides, nadie es una isla. No podemos negar nuestra naturaleza de seres colectivos. Un supuesto pesimismo, basado en propuestas filosóficas decimonónicas, no cuenta.

Este blog, es para mis amigxs de la comunidad. Revisando sus historias, he hallado heridas comunes. Pero también hallé mucho coraje. Valor, para seguir en la dispocisión de imponer y expresarse como son. Con la justa certeza de ser fieles a ustedes mismos. He aprendido de ustedes y lo sigo haciendo. Reconozco que mi proceso de acercarme al feminismo, y de seguir creciendo en él, es gracias a la perspectiva única que te da tener una sexualidad alternativa. Quisiera exponer acá sus historias, pero desde el anonimato, los apoyo. Y les agradezco por ser parte de sus vidas y sus luchas.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario