viernes, 17 de febrero de 2017

We are the best!, una película sobre amistad femenina y punk.




La vi hace unas semanas y no pude sacarla de mi cabeza, decidí escribir sobre ella porque es otra opción interesante para ver cine con enfoque de género. Aparte de sentirme completamente identificada, me pareció fabulosa porque tiene un lado emotivo y concienzudo que se adapta al cine que deberíamos empezar a buscar y compartir. Recordemos que la deconstrucción también abarca comenzar a cuestionar el tipo de materiales que consumimos y no dejar de hacerlo. Desde luego, siempre estamos aprendiendo y llegar a ser lo más reflexivas posible es el desafío.

We are the best! (2013) Es una película que pasa el famoso de Test de Bechdel (que sugiere al menos dos personajes femeninos, que exploren sus propios intereses y que su historia no se centre en los hombres) adaptada del libro “Aldrig godnatt” de la escritora sueca, Coco Moodyssone. Situada en Estocolmo en los años 80’s, cuenta la historia de 3 adolescentes: Boo boo, Klara y Hedvig. Boo boo y Klara son mejores amigas y aficionadas a la música punk. Se sienten ajenas a sus familias y al rol femenino de la pasividad. Entre algunos temas de la película se destaca la búsqueda de sí mismas y el machismo dentro de la escena punk.

La trama va más o menos así: En el centro comunitario al que asisten luego de la escuela, un grupo de chicos con una banda de heavy metal, se burlan de su apariencia andrógina y despreocupada. Klara con el mohicano y Boo boo con corte estilo peter pan. Para fastidiarles el ensayo, solicitan a los administradores del centro comunitario, el espacio para ensayar como banda. Ninguna tiene conocimientos musicales pero consiguen el espacio y se aventuran a tocar con la esperanza de inscribirse en el show de talentos de la escuela. Las inscripciones se han cerrado y asisten como meras espectadoras. En el show, una chica de octavo grado llamada Hedvig, hace una presentación de guitarra acústica pero a las chicas les sorprende su serenidad e indiferencia ante las burlas y abucheos del público. Boo boo propone unirla a la banda y Klara al inicio cree que será mala idea por las creencias religiosas de Hedvig. Las chicas tienen una postura agresiva hacia la religión, puesto que parte de la ideología punk es rechazar los dogmas religiosos y la fe. A pesar de ello, se acercan a Hedvig, quien no tiene amigos en la escuela, y ve en las chicas la oportunidad de hacer amigas. La invitan a formar parte de la banda que han iniciado y comienzan a ensayar para continuar con el plan de quitarles el espacio del centro comunitario a los chicos que se burlan de ellas. Lo que comienza siendo una venganza se transforma en una amistad cuya bandera es la música punk y su rebeldía inherente.

A lo largo de la trama, vemos las nociones sobre política y música de las chicas, que a sus cortos 13 años hablan sobre las diferencias sociales y la incidencia de la música en la sociedad. Las canciones transgresoras de sus bandas favoritas que lanzan críticas ácidas sobre el gobierno y la religión, permiten que Hedvig se libere paulatinamente de sus propios esquemas. Bajo una interpretación feminista, es una tremenda crítica sobre cómo la religión mantiene dóciles y obedientes a las mujeres y cómo estas se descubren y se atreven a ganar confianza en quienes son y en lo que hacen, una vez disueltos los dogmas.



El enamoramiento juvenil aparece en la película como herramienta para hacer que nos identifiquemos todavía más: la vida de las mujeres en relación con los otros: validación de los hombres para “encontrarnos bellas” y hacernos SUS novias. Encontramos este tema en la breve escena donde las chicas conocen a una banda masculina de punk, y el vocalista (un niño de su edad) se interesa por Klara, y Boo boo experimenta celos. Se llega a sentir fea y cree que ningún hombre la aceptará por no ser atractiva ¡a pesar de serlo! esta, justo esta etapa la hemos cruzado todas. Nos ha dolido no encajar en el perfil de la mujer guapa y perfecta que el sistema quiere y no sabemos cómo serlo. Nos ha costado tanto quitarnos esa culpa que una vez hecha de lado y reivindicado nuestro cuerpo como territorio político, nacemos de nuevo. Nada más transgresor que amarnos tal cual. Proceso que Boo boo encarna y que gracias a Klara, no se siente sola. Lo hermoso de esta escena es que las chicas logran superar su disgusto por un chico y ponen su amistad por encima de todo.

El tema del machismo en el mundo underground, lo vemos en la escena donde los encargados del centro comunitario adquieren una guitarra eléctrica y las chicas pueden completar los instrumentos para la banda. Lo transgresor se da cuando uno de los encargados pretende enseñar a Hedvig a tocar la guitarra cuando ésta es una artista de las cuerdas, ella, con toda seguridad afina la guitarra y los sorprende interpretando una canción de una de las bandas favoritas de las chicas. Mansplainning por donde se le vea, del que Hedvig sale muy bien librada. El machismo también lo encontramos en la invitación para un evento de año nuevo llamado “Santa Rock” en el que participan los jóvenes del centro comunitario, donde la banda de los chicos que se burlan de ellas (llamada Puño de metal) es la favorita de los encargados y las chicas son invitadas pero con condescendencia. Claro, es una “banda de chicas”, nada más. Y deben cubrir la agenda.

En escena, las chicas son abucheadas desde el comienzo por lo que Klara con su natural sarcasmo cambia la letra insultando la ciudad donde están tocando. El público enloquece en euforia patriótica y las chicas son sacadas del escenario. Esta acción hace que se ganen el respeto de los chicos de Puño de metal, que a pesar de ser hombres, no encararon al público ante su agresividad. Es cierto que la banda de Klara, Boo boo y Hedvig no es increíble, pero las une la amistad, el género y las ganas de romperle la boca al mundo. Una maravillosa película para ser vista por adolescentes, ya que nos muestra las etapas que vivimos como mujeres en un mundo pensado para hombres, y el rock no es la excepción. Personalmente, evoco a Patti Smith que fue pionera en la escena punk, amiga de grandes exponentes de este mundo y quien dotó a la escena de letras con contenido poético gracias a su amor por la literatura.

Ojalá puedan ver esta película y emocionarse como yo. Una mañana, antes de mis clases, escuché el cover que interpreta Hedvig y me sirvió para recargar pilas un lunes de rutina. Larga vida a Patti Smith y a todas las mujeres de la escena underground que han demostrado que el rock no es cuestión de hombres, sino de talento, actitud y empoderamiento.