lunes, 21 de enero de 2019

Necesitamos más enfoque de género en las escuelas


Las clases han comenzado. Llegada la hora de realizar el tan ansiado comité de la sección, el grupo se pone ansioso y los primeros nombres en ser propuestas para liderar al salón son puros varones. No está mal si la idea es acercarlos a la importancia de la democracia, pero hace falto algo. La democracia no puede existir plenamente si solo está compuesta por hombres. Las tareas dadas a las chicas del salón son las tradicionales: secretaria, quizá síndico (porque en el fondo implica cuidar), o con suerte una vicepresidenta. Esa "a" final es motivo de dudas. Conviene hablar un poco de porqué es válida, según cierta institución, pero que en el fondo a ellos, a los varones del grupo y de la tal institución no les importa. Celebrar la democracia escolar, pero rápidamente otro problema arruina la paz: los comités grupales están conformados muy a la vieja usanza: los niños en el comité de deportes y las niñas en el social. 

La decoración del salón cae en manos de las niñas. Asumen la responsabilidad, jubilosas, a pesar de saber que harán todo el trabajo para que los niños también gocen de ese salón decorado. La limpieza se asigna a todo el grupo pero los niños hacen las menos pesadas porque no pueden perderse el receso. El fútbol es todo o nada. Alguno que otro sí se queda a hacer lo suyo, tanto porque no le gusta el fútbol, como por hacer compañía (quizá cortejo) o porque no encaja en las típicas actividades que hacen sus compañeros. Incomodidad total para las niñas que deben ser siempre abanderadas del orden, la puntualidad y la responsabilidad. Si una hace mucho ruido con su risa o sus opiniones, seguro está loca o solo quiere atención, porque la elocuencia no es de mujeres. 

El patio es un terreno minado. Si los niños juegan fútbol, y tú, niña despistada, pasas demasiado cerca será tu culpa que el balón te lastime. Ellos no te pedirán perdón porque las niñas deben estar sentadas, en actividades más tranquilas como conversar con las amigas, dibujar o comer. Si un niño hace todo esto en compañía de niñas, inmediatamente es enemigo del grupo masculino. Los hace quedar mal. Trastoca alguna parte que debe ser bloqueada con pensamientos agresivos por lo que recurrirán a la violencia física o a la humillación. 

Para las fiestas las niñas deben ir lo más recatadas posibles. Tratarán de impresionar a las demás, pero tienen muchas inseguridades sobre su cuerpo y su apariencia. No saben cómo decírselo a sus padres porque creen que las humillarán o simplemente no tienen para comprarle algo bonito. Habrá profesoras que harán comentarios machistas, porque existen, a nuestro pesar, pero si la niña ya viene con esa confianza de casa, no le dará importancia. De lo contrario, será una cicatriz emocional muy fea.

Si se conforman parejitas en el grupo, la criticada será la niña. Esa perversa-curiosa-calientahuevos. A ellos se les aconseja que deben ser más discretos, a ellas se les tacha de despertar pasiones. La directora habla con ella usara frases como "darse a respetar", a él le dice "que los hombres deben ser más enfocados en sus estudios". Si él comparte los nudes de ella, se cuestionará la moral de la chica, con una clara advertencia de que su vida está arruinada y de que si quiere seguir ahí, debe, prácticamente hacerse invisible y no volver a ser vista con otro hombre. El repartidor de las fotos, se ríe con sus amigos porque además de amenazar a la chica y que esta sea señalada por todos, él no pagó las consecuencias de su acción. 

Vos sabés que esto es cierto. Vos sabés que todo esto pasa a diario en nuestras escuelas. Algunas docentes tienen conciencia y tratar de apoyar a sus estudiantes, de evitar que los roles de género se sigan reproduciendo. Pero eso no es siempre así, peor aún cuando la escuela tiene una supuesta visión cristiana y la mujer debe ser un estatua inanimada al servicio de su marido. Más grave aún cuando el director les dice en el culto juvenil que las mujeres serán esposas y ellos serán empresarios exitosos.

¿Te has dado cuenta de que la escuela solo reproduce los roles de género y que tus hijas e hijos están ahí consumiéndolos? y con ello no me refiero a privarles de la educación, sino de ser más cercanos a ellos, de saber qué patrañas sexistas y otras barbaridades les meten en la cabeza ¿o quieres que tu hija desee a ser mujer sin sueños ni proyectos?, ¿o que tu hijo sea un macho violento, homofóbico e incapaz de doblar sus propios calcetines?. Recuerda que la verdadera educación inicia en casa y que la escuela, puede estar siendo un calvario para tus hijas si sufren de bullying, por su apariencia o por sus intereses personales. Tu hijo puede estar siendo presionado por sus amigos para que haga cosas que no desea como irse de pinta, hacer alguna broma a un profesor o besar a la fuerza a una niña.

Necesitamos más enfoque de género en las escuelas. A los gobiernos no les interesa implementar programas de estudio que rompan con la visión patriarcal de «enseñar/ aprender» ni las capacitaciones para que el profesorado identifique comportamientos sexistas, homófobos y racistas, y tenga las herramientas para erradicarlos en sus salones de clases.

Todas podemos colaborar, ya seas maestra, madre, tutora, vecina, tía o conocida. También pueden apoyar hombres con interés genuino, como padres o tíos en proceso de deconstrucción constante, principalmente para trabajar en la práctica de una masculinidad igualitaria con sus hijos o sobrinos,  porque el futuro es demasiado tarde. Esto es para hoy y nos urge a TODAS/OS

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