En cualquier sitio de internet que se hable de sexo y relaciones sentimentales están
presentes el tema del amor libre y el poliamor. Diferentes prácticas
relacionales, pero a veces confundidas entre sí, y peor aún, siendo usadas para
ligar de maneras hipócritas y deshonestas.
Coloco
dos definiciones breves que encontré en la web y que dan luces de ambos
conceptos para empezar a abordar el asunto. Veamos
las definiciones:
“El
amor libre es una manera de entender las relaciones que se puedan tener
sin exigir a ningunx de los integrantes ningún tipo de exclusividad, ya sea
sexual o emocional. Es decir, no se le exige a ningunx que solo tenga
relaciones o sienta algún tipo de emoción (entendemos en el ámbito amoroso)
fuera de la pareja.
El
poliamor: se considera a las personas poliamorosas cuando tienen la
capacidad de amar a más de una persona a la vez (además todas las personas que
integran las relaciones son conscientes del estado poliamoroso que puede tener
uno o los dos integrantes).”
La
diferencia es que, una persona que practique amor libre no tiene por qué
establecer un vínculo exclusivo con las personas que se relacione
sexoafectivamente. Lo que tampoco significa que tendrás que acostarte con cuanta
persona te pongan al frente, y en las condiciones más extremas, como sexo
casual en un baño público, sin condón y con un total desconocido. Sí, la vida
es una pero las ETS no son divertidas.
Como
el amor libre no requiere exclusividad y muchas veces (casi siempre) no hay
gestión emocional, pueden aparecer síntomas propios del amor romántico: acceder
a cosas sin pleno consentimiento por complacer a una o varias parejas, ser
contralada con la excusa de la comunicación y, definitivamente, ser chantajeada
para dar informas exhaustivos de lo que se hace, porque eso es en realidad,
posesión. Como no existe un manejo adecuado de las emociones estas experiencias
resultan desgastantes y en el peor de los casos, con violencia.
Con
el poliamor ocurre algo similar, porque las personas que no son realmente
poliamorosas y solo se sirven del tema para conseguir sexo sin compromiso, es
decir que se están valiendo de chantajes emocionales para que la persona
aludida acepte este tipo de opción relacional sin saber exactamente qué es el
poliamor, mucho menos qué es la gestión emocional y cómo comprender la dinámica
de compersión (felicidad por las relaciones de tus parejas) que se supone es
alcanzada cuando la relación es plenamente transparente y los celos se hacen de
lado. Las palabras que más resuenan a la hora de hablar de poliamor son
honestidad, madurez y confianza, virtudes que no se alcanzan de la noche a la
mañana como erróneamente mucha gente cree.
Entonces,
aquí la diferencia radica en que el poliamor debe ser comprendido y aceptado
por todas las personas que estén en dicha red poliamorosa, no solamente la “pareja
primaria” y las demás crean que están en una relación monógama al ignorar que
existen otras parejas en la historia. Recuerden que el poliamor es concebido
como la capacidad de entregar tiempo, afecto y goce sexual a todas las parejas,
idealmente sin establecer jerarquías, aunque hay casos en que sí los hay.
Como
no es una práctica usual en nuestras sociedades no es algo que podamos adoptar
en cuestión de días, puesto que implica un trabajo emocional individual y de
pareja, y está claro que hay muchos prejuicios y mitos en torno a estos temas.
Lo más preocupante es que estos discursos, con barniz de progresistas, se
esparcen por todos los círculos sociales y de repente nos sentimos culpables
por no estar en la jugada moderna y openmind de la que todos hablan, cuando
curiosamente quienes más los pregonan al ser cuestionados llegan a callejones sin
salida porque en el fondo lo que persiguen esencialmente es sexo con la mayor
cantidad de parejas que puedan (que está muy bien, porque echar un polvo, y más
si es un BUEN polvo, es justo y necesario) pero si nos agarramos de discursos
elaborados para salirnos con la nuestra no tiene nada de revolucionario o
comprometido.
La
honestidad sí que es revolucionaria y es frente a ella que no sabemos qué cara
poner porque nos sentimos en amenaza y hasta en pelotas. Me preocupa escuchar
estos discursos en entornos supuestamente culturales como universidades,
clubes, tertulias y otras afines, donde principalmente son nachos progres los
que están buscando maneras de conseguir chicas, acorralándolas con consignas
feministas mal asimiladas, diciendo incluso que si las feministas no los
aceptamos no somos tan libres como
decimos. Como si abriéndoles las piernas les demostremos todo lo que significa
ser feminista.
Digo
todo esto porque últimamente he escuchado historias aterradoras de grupos de
hombres universitarios que al igual que la
manada tienen grupos para compartir pack (nudes) e investigar mujeres,
acosarlas o intentar acercárseles para acostarse con ellas. Todo esto me hizo
pensar en mi época universitaria donde muchos líderes estudiantiles conseguían
acostarse con chicas de nuevo ingreso, de múltiples carreras, con la excusa de
que si sos universitaria ya podés explorar tu sexualidad y qué mejor si querés
desarrollar la conciencia política que
acostándote con un auténtico revolucionario. Curiosamente estos líderes estudiantiles pregonaban a pulmón inflado, las bondades del amor libre.
Con
todo esto no estoy diciendo qué modelo relacional sea mejor para cada quien,
pues cada una al final elige y descubre qué le va mejor, mi sugerencia es
cuestionar lo más que se pueda todos estos discursos que nos llegan de la mano
de la posmodernidad, vean quiénes son sus abanderados, si de verdad sus vidas son
plenitud y sexo libre o solo es otra manera, incluso neoliberal de generar
ganancias para que se les vea o compre algo. No digamos los MACHOS PROGRES
FEMINISTOS que andan por todos lados acostándose con chicas con poca
información, con inseguridades o que por pasar por un momento difícil quieran que accedas a sus trucos o tratos de MIERDA.
Si
uno de estos modelos relacionales te atrae, infórmate, conoce tus necesidades
reales y no intentes imponer, en caso de estar emparejada. Esto es importante
porque no podemos obligar a nadie a que de la noche a la mañana entre en una
dinámica con la que no está cómoda ni familiarizada, el diálogo en pareja es importante,
ya que si no comparten la misma visión es mejor llegar a un acuerdo en el que
nadie salga con heridas y desencantos.
El poliamor no es para cualquiera. Cuidado con caer en la trampa de mucha gente que se dice progresista, pero que en verdad es gente incapaz de lidiar con sus emociones y se quiere saltar la responsabilidad que implica respetar la integridad y emocionalidad de las demás personas. El sexo irresponsable tiene consecuencias y en nada se parece a la vida irrefrenable y "glamurosa" que vemos en los medios. Lo que no te dicen es que los celos, las ETS y la mala gestión emocional terminan en finales oscuros.
Fuentes:
http://feministsupport.blogspot.com/
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