El sábado 18 de noviembre,
organizamos como La Página Desértica,
un recital y conversatorio muy significativo titulado Ira Deméter, porque reunió a mujeres poetas y un índice antológico
de poetas salvadoreñas. El motivo era conmemorar el día de la escritora, que
persigue reconocer el trabajo de la mujer en la literatura. Una conmemoración
surgida en España y con apenas un año de existencia. Este año correspondió al
16 de octubre. Por razones climatológicas tuvimos que mover el recital a casi
un mes después, conscientes de la importancia de este evento porque reunir a
las poetas y que además reflexionen sobre el ser mujer, es desde ya un acto de
cuestionamiento con lo establecido y lo invisible. Recibimos a las poetas Lya
Ayala y Susana Reyes que compartieron poemas, anécdotas y profundas reflexiones
sobre su trayectoria y vida cotidiana.
El recital fue iniciado con unos
cortos sobre literatura escrita por mujeres que reflexionaban el papel y
evolución de éstas en la historia y en la literatura. Dejan claro el papel
secundario y sumiso que fue asignado a la mujer como musa, madre y presa
indefensa y cómo se ha luchado por romper con estos arquetipos todavía anidados
en nuestra sociedad y en la historia del arte. Aquí quiero explicar el título
del recital. Ira Deméter es un poema
de Claribel Alegría, donde denuncia el mundo patriarcal y violento, por medio
de la mitología griega. Presenta a Zeus como el tirano que se aprovecha de su
poder para robar y violar mujeres cuando por lo general se le conoce como el
benefactor de la humanidad. Narra además la desesperación de Deméter, cuya hija
ha sido raptada y violada, devuelta tres días después por lo que cuestiona e
increpa a Zeus su actitud de macho violento y abusivo. ¿Les suena a nuestra
sociedad? El poema se inserta perfectamente en la realidad que vivimos las
mujeres. Climas de extrema violencia, minusvaloración y abandono.
Dentro de estas reflexiones,
también se abordó la participación de las poetas salvadoreñas en los diversos
espacios literarios y se concluía que las invitaciones son pocas y que los
recitales siguen siendo mayoritariamente masculinos, tanto en lectura como en
asistencia. De ahí la urgente razón de organizar espacios donde se incluyan
mujeres y se pueda conocer su trabajo poético. Dentro de esta dinámica,
Vladimir Amaya nos contó su labor en el Índice
general de poetas salvadoreñas, que traza una línea histórica de mujeres en
la literatura salvadoreña. Vladimir contó que uno de los motivos para realizar
el índice fue el comentario de un
poeta que en un prólogo negaba la existencia de la obra literaria de mujeres,
denominándolas peyorativamente como lamentos menstruales. Señaló que dicho
comentario lo llevó a demostrar que en la literatura salvadoreña sí hay mujeres
poetas con obras significativas y a su vez, ofrecer una línea temporal que
cierra con voces emergentes.
Para cerrar el recital se
reflexionó sobre el mansplainning, acoso y machismo en el mundo literario, ámbito
que no está exento de estos lastres que afectan principalmente a las poetas. Dichos
abusos vienen de poetas mayores, hombres con ciertos lugares de poder que creen
que les permite pasar del poema al acoso. También se habló de la necesidad de
reconfigurarnos como personas sin roles tradicionalistas de género. Estos
recitales se transforman en espacios de introspección que permiten el encuentro
con otras mujeres ya que la literatura también construye redes de
reconocimiento y empatía. Es urgente que las mujeres hablemos, que desde
nuestro lugar en el mundo pronunciemos lo que nos acontece y que debe ser
escuchado por quienes nos rodean.
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