La poesía es una conexión asombrosa
entre el mundo y la intuición (mi visión particular es ver a la poesía un
camino etérico, de infinitas respuestas) por ello encuentro ineludibles
relaciones entre lo místico y lo poético. La teoría literaria, siempre nos
ofrecerá propuestas sobre la interpretación textual y no son pocas las
propuestas para entender cómo el hecho poético es internalizado por quien lee. La
intuición, no juega acá solo como un vocablo abstracto, es también para Dámaso
Alonso, su tesis principal para argumentar que la interpretación poética
atraviesa dos etapas: la del autor y la del lector. En ambas existe lo lúdico,
la expectativa, las conjeturas necesarias para lograr la delectación, el goce
estético, la satisfacción, la internalización de un texto. Hacer nuestro lo
leído, bajo nuestras propias reglas, nuestros propios mundos.
La intuición es entonces,
necesaria para enfrentarnos a la poesía. Mi poeta preferida por muchísimas
razones, que no es necesario detallarlas acá, es y será la argentina Alfonsina
Storni. Cada relectura es una revisión a lo dicho, a lo imposible. Una invitación
a la Magia, por eso cada que la leo, digo que debo asumir la Magia interna que
lleva el ser: Magia entendida como la capacidad de reinvención, de indagar
respuestas a veces obvias, a veces ocultas, todo eso que no nos revela a veces,
el entendimiento sobrio y mustio. Hace falta quizá, asumir la Magia poética. Porque
sino ¿qué sería de la literatura sin su ficción? ¿sin sus mundos no concretos?
¿sin su lenguaje propio? lejano a la referencialidad definida; serían simples enunciados
declarativos, sin la mínima brizna de relevación, porque la poesía es también,
anunciación.
Aquí comparto algunos de los
poemas-hechizos de Storni, que me recuerdan todo eso. Porque claramente, Storni
fue una hechicera: entendió que la poesía requiere seso, pero también arteria. Si
no, repito, estaríamos ante cualquier clase de líneas juntas formando un
párrafo, pero no, poesía. Como último anexo: la poesía de Alfonsina es
considerada feminista, no solo por situar temas de mujeres como el amor o la
maternidad, también fue una transgresora de su tiempo, al decidir criar sola a
su hijo, tener independencia económica y destacar en el campo literario, campo
bastante masculinizado, incluso hasta nuestros días. No es para menos se le
reconozca como icono del movimiento, no solo en la literatura, sino como
ejemplo de mujer que ve y va más allá.
Me gusta pensar a Alfonsina como una mujer sublime y
misteriosa, claro que fue trágica, pero todo ello desembocaba en su fabuloso
talento literario. Es por ello que reúne, intuición y quimera en sus versos.
Los dejo con algunos con mis preferidos.
Media noche. (extracto)
Es Media noche; andamos a plena luna blanca
Muy cercanos al río que muere en la barranca
Cuyas matas semejan, bajo el viento que barre,
Acurrucadas brujas en nefasto aquelarre.
Tempestad.
Noche que escuchas; tú que me amparas
Nunca me niegues tus luces claras,
Quiero arrancarles dulce piedad
Préstame copos de blanca luna
Porque a sus rayos me vuelvo una
Guzla que pulsa la soledad.
Dios que no existes: ¿Qué mundos tengo
Dentro del alma que ha tiempo vengo
Pidiendo medios para volar?
Porque hay momentos en que presiento
Que soy la forma del pensamiento
Que dijo a todos; nacer, crear.
Un día.
Andas por esos mundos como yo; no me digas
Que no existes, existes, nos hemos de encontrar
No nos conoceremos, disfrazados, viejos y torpes,
Por los caminos echaremos a andar.
No nos conoceremos, distantes, uno de otro.
Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar.
¿Dónde estará la boca, la boca que suspira?
Diremos el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día,
Quizá nuestros disfraces nos logremos quitar.
Y ahora me pregunto… ¿Cuándo ocurra, si ocurre,
Sabré yo de suspiros, sabrás tú
suspirar?
Canción de la mujer astuta.
Cada rítmica luna que pasa soy llamada
Por los números graves de dios, a dar mi vida
En otra vida: mezcla de tinta azul teñida;
La misma extraña mezcla con que ha sido amasada.
Y a través de mi carne, miserable y cansada,
Filtra un cálido viento de tierra prometida,
Y bebe, dulce aroma, mi nariz dilatada
A la selva exultante y a la rama nutrida.
Un engañoso canto de sirena me cantas,
Naturaleza astuta me atraes y me encantas
Para cargarme luego de alguna humana fruta.
Engaño por engaño: mi belleza se esquiva
Al llamado solemne, y de esta fiebre viva
Algún amor estéril y de paso, disfruta.
¡Feliz Sanhmain, servidoras de la diosa luna! Hasta el próximo
encuentro aquí, en la virtualidad.